Leo de la Paz y los Principiantes
Autor: Germán Cascales
Érase una vez, en un mundo bastante cercano al nuestro, existía una clase de “6º de Aria 2”. En nuestro mundo, se diría 6º de Primaria, pero es que para decir 5 años de Infantil, ellos dicen “3º de Aria 1”. Supongo que ya entenderás como van los cursos. Bueno, sigamos con el cuento. Como cualquier clase, los alumnos eran buenos estudiantes, pero habían algunos que, no estaban bien entre ellos.
Su profesora, Torina, les decía:
– Portaros bien o recibiréis vuestro merecido.
A los alumnos no parecía importarles mucho.
El Día de la Paz, el 30 de enero, los niños de 6º crearon un vídeo al que había que traer fotos, textos, dibujos..., para incorporarlo a la clase. Antonell, Andión, Sofi y Celitis, no trajeron nada para incorporar. Torina se enfadó mucho, y envió, a toda la clase, al País de Paz. No era porque había paz, que también, es que eran las siglas de Paz, Amor y Zanahorias, que eran las favoritas de sus habitantes.
Todos los alumnos se impresionaron por el respeto que tenían los habitantes entre ellos.
Llegaron a una especie de colegio, pero más grande.
– ¡Qué cole más grande! – dijo Sofi.
Entraron, y se encontraron con mucha gente: niños, adultos, e incluso ancianos.
– Perdonad, creo que sois vosotros – habló un hombre.
– ¿Quién eres tú, si se puede saber? – dijo Antonell.
– Lo siento, voy a presentarme. Me llamo Leo de la Paz, para todos, Leo, y soy vuestro
nuevo profesor.
– ¡Ah, vale! – se alegró Andión
– ¡Ay, que guapo, que mono es! – miraba embobada Celitis a Leo.
Leo llevó a la clase a un aula bastante grande.
– Bueno, pues ya estamos aquí – anunció Leo.
Todos se presentaron al profesor, y les cayó muy bien a todos.
– Aquí hay dos tipos de enseñanza, que las haremos todas aquí. Son el LAE (leo, aprendo y
estudio) y el POA (practico, observo y actúo). Hoy empezaremos con un poco de LAE.
¿Tenéis alguna pregunta?
– Leo, esta aula es grande y tal, pero no tanto para realizar dos enseñanzas... – preguntó
Antonell.
– Es verdad, se me olvidaba. Al pulsar este botón de este mando, la clase se convertirá en un
supercentro de POA, y al darle al botón de arriba, la clase volverá al estado de LAE, el que
vemos ahora.
– ¿Podemos probar ahora el botón, cariño? – preguntó Celitis, loca por Leo.
– Ah, pues, yo, em... Mañana lo haremos.
– ¡Ohh! – se lamentó toda la clase.
– Bueno, empezamos con la clase. En vuestra mesa, aparecerá una serie de recomendaciones
que debemos seguir en nuestra vida diaria.
Leo terminó de escribir la hoja, y al pulsar un botón de su mesa, apareció el texto en todos los pupitres.
– ¡Hala, que chuli! – se sorprendieron los niños.
– Vamos a empezar a leer. Empieza, Sofi.
– “1. Debemos convivir con la gente de nuestros alrededores bien y de buenas maneras”.
– Andión, sigue tú.
– “2. No debemos insultar, reírse, chantajear, ni crear malos actos a gente que tengan gustos
diferentes, razas diferentes, géneros diferentes, y aceptarnos todos tal y como somos.”
– Continúa, Celitis.
– “3. Si encontramos a alguien maltratándose o cosas por el estilo, debemos ayudarles a
solucionar los problemas hablando y con respeto. Si queremos, nos puede ayudar la
Policía usando sus servicios y dejar que haga lo debido. Por supuesto, nunca habrá que
molestar al Oficial en su trabajo.”
– Bueno, estos son algunos consejos que debemos tener en cuenta para vivir entre todos en
paz y armonía. Nos vemos mañana.
En el colegio había dormitorios para cada uno, Todos durmieron muy bien.
Llegó la mañana siguiente, y los alumnos volvieron a la clase:
– ¡Estoy deseando volver a ver a Leo! – deseo Celitis.
Pero al llegar a clase, ocurrió algo inesperado. Leo no estaba.
– Bueno, nos ha dejado con el modo POA.
La clase era más grande y parecía muy útil.
– ¿Qué vamos a hacer para recuperar a... ? – Andión no pudo acabar porque una chica les
interrumpió.
– Creo que vosotros sois los alumnos de la clase de Leo – se rió maléficamente –. Si queréis
recuperar a vuestro profesor debéis responder estas preguntas.
– Me parece que nos van a salir fatal las preguntas – se preocupó Antonell.
– Pregunta 1: Si nos encontramos a alguien por la calle y nos saluda, ¿qué debemos
responder? A) ¡Hola! ¿Qué tal? B) Estoy ocupado y déjame en paz. C) ¡Fuera de mi vista!
– Facilísimo, la B. – respondió Andión.
– ¡Claro que no! La respuesta es la letra A – señaló Sofi.
– Correcto. Segunda y última pregunta: Vemos a dos personas pelearse. Nosotros intentamos ayudarles pero ellos nos ignoran. ¿Quéd debemos hacer? A) Seguir insistiendo. B) Irme y que se arreglen solitos. C) Llamar a la Policía y explicar lo que ocurre.
– Venga, tenemos que responder bien para salvar a Leo – animó Sofi.
– Es la A, porque Leo dice que debemos enseñarles a solucionar los problemas hablando –
aseguró Celitis.
– Pero también dijo que si lo necesitamos, debemos avisar a la Policía y que nos ayude. Por
tanto, la letra C.
– ¡Correcto! – la mujer proclamó la victoria y apareció Leo.
– Hola a todos, ¿qué tal os ha ido? – dijo Leo.
Celitis estaba emocionado: – Mi querido Leo, te había echado de menos! ¿Por qué no estás
contento de verme?
– En verdad, no me habían capturado ni nada de eso. – todos estaban extrañados. – Como indican las siglas de POA, habéis practicado, observásteis a vuestros compañeros, y aprendísteis más. Sabéis el significado de lo que es estar en paz, y os habéis ayudado mutuamente. Lo habéis hecho fenomenal.
Todos se despidieron de Leo, y explicaron a su profe Torina lo que habían hecho, y se llevaban ya mucho mejor entre ellos.
Descárgate el PDF del cuento a tu ordenador: http://www.megaupload.com/?d=757NI9PM